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Carga paraguaya migró a Buenos Aires, mientras se disputa el «porqué»

La carga paraguaya, que consiste en centenares de convoyes de barcazas (barcos de poca profundidad pensados para ríos) al año, buscan garantizar la conectividad del país mediterráneo y conseguir las condiciones económicas que le permitan ser más competitivos. En el transporte como en la vida, los sucesos suelen ser consecuencias de sucesos anteriores, por lo…

La carga paraguaya, que consiste en centenares de convoyes de barcazas (barcos de poca profundidad pensados para ríos) al año, buscan garantizar la conectividad del país mediterráneo y conseguir las condiciones económicas que le permitan ser más competitivos.

En el transporte como en la vida, los sucesos suelen ser consecuencias de sucesos anteriores, por lo que cuando se visibiliza una problemática normalmente es consecuencia de decisiones, en este caso políticas.

Desde al menos 9 meses, actores de quienes en ese momento eran oposición, empresarios y trabajadores ya advertían que la carga paraguaya se «estaba yendo».

A pesar de que el gobierno saliente lo negó, la migración de la carga paraguaya es un hecho. Hoy, la discusión pasa por las razones.

Sobre esto, aparecen voces a través de medios afines a la ahora oposición afirman que es culpa de los mismos a los que siempre le echan la culpa cuando no quieren reconocer un fracaso, los trabajadores.

El vicepresidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym), Esteban Dos Santos, afirmó al órgano Altamar. “El motivo de esta decisión por parte de las líneas marítimas fue la gran congestión y numerosos problemas sindicales y operativos”, del puerto de la capital uruguaya, estableció.

Omitió reconocer que el puerto de Montevideo opera obligado a la mitad de su capacidad, el porqué, el monopolio establecido en favor de Katoen Natie que tiene a Uruguay contra las cuerdas.

El Frente Amplio, a través de su Directora en la ANP y distintas figuras referentes en la temática Blancas y Coloradas advirtieron de la migración y de sus reales causas.

La justificación que aparentemente tenía el acuerdo era una mega inversión de 600 millones de dólares, que en realidad no son siquiera la mitad, y que implica varios cientos de millones de obras estatales completamente injustificadas e inesquivables.

Al día de hoy, deberían existir 350 metros de muelles nuevos y 7 hectáreas de playa de contenedores qué no han sido realizadas, la obra está paralizada por supuestos conflictos entre empresas aliadas y la capacidad de atender los barcos que la empresa obliga a atracar allí en función del acuerdo está completamente comprometida.

Las navieras no pueden optar por operar en los muelles públicos, que tienen la capacidad pero no se les permite trabajar y terminan obligadas a ser rehenes de las demoras y las tarifas de la empresa belga.

Es en este marco que al menos una naviera de las más grandes del mundo optó por llevarse su operativa a nuestro país vecino y a los paraguayos, desesperados por ser atendidos a migrar hacia Buenos Aires.

Claro, la pérdida de la carga se verá en las estadísticas en 2026, y allí, los mismos que dejaron condenado al Puerto pondrán el grito en el cielo, indignados por el daño resultante mientras buscan desgastar una gestión portuaria que tendrá como principal tarea suturar la herida de muerte que ha dejado esta gestión en el sistema portuario nacional.

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