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Estados Unidos propone millonarias tarifas portuarias para buques y operadores chinos

En un movimiento de represalia comercial contra China, el gobierno de Estados Unidos ha propuesto la imposición de elevadas tarifas portuarias que podrían sumar millones de dólares en costos adicionales para las líneas de contenedores marítimos y otros operadores navieros que recalen en puertos estadounidenses. La Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR,…

En un movimiento de represalia comercial contra China, el gobierno de Estados Unidos ha propuesto la imposición de elevadas tarifas portuarias que podrían sumar millones de dólares en costos adicionales para las líneas de contenedores marítimos y otros operadores navieros que recalen en puertos estadounidenses. La Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) ha planteado aplicar tasas de hasta 1,5 millones de dólares por cada recalada en un puerto de EE. UU. para buques construidos en China y 500.000 dólares para los operadores con al menos una embarcación fabricada en astilleros chinos. Asimismo, se impondría un cargo de un millón de dólares por recalada a operadores con sede en China, incluida la gigante naviera Cosco, la cuarta mayor línea de contenedores del mundo. La USTR recibirá comentarios sobre la propuesta hasta el 24 de marzo.

Impacto en la economía y el comercio marítimo

La propuesta busca frenar el dominio chino en el sector marítimo y fomentar el crecimiento del transporte estadounidense. Sin embargo, según el analista Lars Jensen, la medida podría resultar en una carga económica significativa para importadores y exportadores estadounidenses. «Si la intención es incrementar drásticamente los costos para los importadores y hacer que las exportaciones estadounidenses pierdan competitividad, esta propuesta lo logrará», señaló Jensen.

Entre los aspectos clave de la iniciativa destacan:

  • Los operadores chinos pagarían hasta un millón de dólares por buque que recale en un puerto estadounidense.
  • Cualquier operador con un buque construido en China abonaría hasta 1,5 millones de dólares por recalada, dependiendo del porcentaje de embarcaciones de fabricación china en su flota.
  • Se impondría una tarifa de un millón de dólares por recalada a operadores cuyos pedidos de nueva construcción superen el 50% en astilleros chinos, incluyendo órdenes ya existentes.
  • Inicialmente, el 1% de las exportaciones estadounidenses deberá transportarse en buques de bandera estadounidense por operadores nacionales, aumentando progresivamente al 3% en el segundo año, al 5% en el tercero y alcanzando el 15% en el séptimo año. De este total, al menos el 5% deberá realizarse en buques construidos en Estados Unidos.

De implementarse, esta política podría alterar significativamente la cadena de suministro marítima global. Actualmente, aproximadamente el 17% de los portacontenedores que operan en puertos de EE. UU. son de fabricación china, lo que equivale a 1,29 millones de TEUs del total de 28,2 millones de TEUs importados en 2024, según datos de Linerlytica.

Control sobre la FMC y reestructuración regulatoria

En un desarrollo paralelo, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que otorga mayor control al Ejecutivo sobre las agencias independientes que supervisan sectores clave como la energía, el comercio, las finanzas y el transporte. Esta orden elimina protecciones establecidas por el Congreso para garantizar la independencia de organismos reguladores como la Comisión Marítima Federal (FMC), responsable de supervisar la industria marítima.

Siguiendo esta nueva directriz, la FMC ha eliminado secciones de su plan estratégico 2022-2026 relacionadas con diversidad, equidad e inclusión, alineándose con la reestructuración de la fuerza laboral federal promovida por la Casa Blanca. La medida ha suscitado preocupaciones sobre la creciente influencia política en agencias encargadas de regular mercados estratégicos y garantizar la competencia justa.

La combinación de estas políticas marca un giro significativo en la estrategia comercial y regulatoria de Estados Unidos, con repercusiones potenciales en el comercio internacional, la industria marítima y las relaciones económicas con China.

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